Tenemos la suerte de que este mes de febrero, Ibone Olza nos presenta su último libro «parir» en Zürich en una charla coloquio sobre maternidad y feminismo.
La organización y coordinación ha sido de mucho esfuerzo, en conjunto con la Asociación de Mujeres españolas en Suiza, pero estoy segura de que valdrá la pena.
Inevitablemente, al nombrar la charla me cae la pregunta:
– pero tu ¿eres feminista?
– ¡pues claro! y tu también (o eso espero..)
Entonces me ronda la incógnita de si tenemos una idea de qué significa el feminismo. Me voy a la RAE y me encuentro:
feminismo. Del fr. féminisme, y este del lat. femĭna ‘mujer’ e -isme ‘-ismo’.
1. m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.
¿Que si creo en la igualdad de derechos del hombre y la mujer? ¡sin duda!.
Ser feminista, no es el contrario de ser machista, vuelvo a la RAE:
machismo De macho1 e -ismo.
1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.
Ser feminista no significa creer que los hombres valen menos, ni ser prepotentes con ellos, es creer en la igualdad. Por eso el creer que el término feminazi es un extremo del femenismo me parece un error; creer en extremo en la igualdad de derechos, dista mucho de querer enceerrar a los hombres en campos de concentración.
Para mi, el tener hijos ha implicado un sacrificio en mi vida laboral, sin duda: mis prioridades han cambiado, han cambiado mis horarios, mis costumbres.. vamos, que no hay nada que se haya mantenido. Curiosamente, este cambio trajo un nuevo descubrimiento en mi vocación y a la pregunta de que si me siento más feliz que antes, sin dudarlo la respuesta es si.
Mi opinión, hablando de feminismo y maternidad, es que la conciliación no pasa por tener más horas de guardería, pasa por integrar a los niños al mundo, a no pretender que actúen como adultos con largos horarios de colegio más actividades extraescolares y que cuando lleguen a casa molesten lo menos posible. Este orden corresponde a un sistema que nos quiere produciendo, cuan engranajes de un sistema que no falla, para producir por el bien de unos pocos.
Honestamente, creo que la cuestión hoy no es ser feminista, el problema es esta vida moderna que como dice mafalda «tiene más de moderna, que de vida» y los niños con sus tiempos, sus necesidades, su ser espontáneo y creativo, simplemente no encajan aquí. Podemos elegir si entramos en ese sistema con sus implicaciones o nos salimos y aprendemos a ver todo lo que tienen por enseñarnos.